lunes, 18 de marzo de 2013

Cristina Fernández le pide al papa Francisco interceder en la disputa por las Malvinas

La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner dijo que le pidió al papa Francisco que interceda en la disputa con el Reino Unido sobre la soberanía de las Islas Malvinas para que se cumplan los acuerdos internacionales y las partes se sienten a negociar.


Cristina Fernández le pide al papa Francisco interceder en la disputa por las MalvinasLa petición fue hecha en la reunión que la mandataria sostuvo con pontífice este lunes en el Vaticano. Se trata de la primera visita de un mandatario a la Santa Sede tras el anuncio del nuevo pontífice.

Tras reunirse y desayunar con el papa Francisco en el Vaticano, la presidenta dijo que lo vio “ocupado y preocupado” por “la inmensa tarea” que implicará conducir el Estado Vaticano y por el compromiso de hacer cambios en la Iglesia católica, dijo la mandataria tras el encuentro.
“Lo vi sereno, lo vi seguro, lo vi en paz, lo vi tranquilo”. Con esas palabras expresó Fernández la impresión que la causó el Papa, de origen argentino. Fernández hizo esta declaración en una rueda de prensa en la que no permitió preguntas.

La reunión con Fernández es la primera que sostiene Francisco con un jefe de Estado tras ser elegido Papa, y ocurre un día antes de que inaugure su pontificado con una misa a la que se espera que acudan mandatarios de todo el mundo.

Como cardenal, Jorge Mario Bergoglio, se enfrentó con el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) por su oposición al matrimonio gay y la distribución gratuita de anticonceptivos.

La cita trajo al presente el pasado del papa Francisco en Argentina y su relación con la política. Como cardenal, Jorge Mario Bergoglio se enfrentó con el gobierno del presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007) por su oposición al matrimonio gay y la distribución gratuita de anticonceptivos. A pesar de aquel enfrentamiento, Cristina Fernández envió una carta de felicitación al Papa cuando asumió su nuevo papel.

El Vaticano ha tratado de calmar la controversia sobre la conducta del papa Francisco durante la llamada Guerra Sucia de Argentina, en medio de acusaciones en las que el entonces cardenal de Argentina pudo haber hecho más para proteger a dos sacerdotes jesuitas que fueron secuestrados.

Un libro escrito por el periodista de investigación Horacio Verbitsky acusa a Francisco de no haber protegido de forma deliberada a dos sacerdotes jesuitas, Orlando Yorio y Francisco Jalics, cuando fueron capturados por la Marina, en la época en la que el Papa era jefe de la orden en el país. Los religiosos fueron encontrados con vida cinco meses después.

Reclamaciones "difamatorias"

El padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, desestimó las pretensiones, que se remontan a la llamada Guerra Sucia Argentina de 1976 a 1983, y las calificó como falsas y difamatorias.

"La campaña contra Bergoglio es bien conocida y se remonta a muchos años atrás. Fue promovida por una publicación difamatoria", dijo Lombardi en una conferencia de prensa del Vaticano este viernes.

"Esto nunca fue una acusación concreta y creíble respecto a él. Fue interrogado por un tribunal argentino como alguien consciente de la situación, pero nunca como un acusado. Él, de forma documentada, negó las acusaciones", aseguró Lombardi.

"En su lugar, ha habido muchas declaraciones que demuestran cuánto hizo Bergoglio para proteger a muchas personas en la época de la dictadura militar", dijo. Su postura después de que llegó a ser obispo de Buenos Aires, al pedir perdón por la Iglesia por no haber hecho lo suficiente en el momento de la dictadura "es también bien conocida", afirmó Lombardi.

A pesar de las acusaciones contra Francisco nunca se ha demostrado, su persecución ha llegado hasta el punto de que el Centro de Estudios Legales y Sociales de Argentina se opone a la selección de Francisco como Papa.

Durante los años de la dictadura militar, cerca 30,000 estudiantes, dirigentes sindicales, intelectuales y activistas de izquierda desaparecieron o fueron detenidos en cárceles secretas y centros de tortura.

Las reclamaciones contra el nuevo Papa han formado una sombra sobre lo que ha sido ampliamente visto como un comienzo positivo para el nuevo pontífice, que ha abrazado la humildad y la sencillez.

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